La filosofía enológica de Legaris busca que el vino exprese siempre su origen. Y que lo haga con estructura,
concentración y elegancia. Con la materia prima seleccionada se elabora luego el vino interviniendo lo menos posible,
respetando y mimando mucho la uva con una vinificación muy meticulosa.
La Enología
Para conseguir que el vino exprese fielmente su origen se trabaja desde el
viñedo, sea propio o bien se trate de parcelas seleccionadas por Legaris, con
cepas de diferentes procedencias, edades y suelos. Cualquier mejora se inicia
con la uva y prosigue con la elaboración y las barricas, cuya importancia en el
proceso merece nombre y capítulo aparte: el llamado "Cooperage".
En la actualidad, Legaris cuenta con 10 depósitos troncocónicos de 5200
litros para fermentar por separado pequeñas parcelas de uva de gran calidad.
Los diferentes programas de remontado permiten extraer todo el potencial de cada uva. Las uvas de mejor calidad se fermentan en barricas abiertas,
realizando manualmente los bazuqueos. Las fermentaciones alcohólica y
maloláctica se realizan a través de una selección de levaduras y bacterias para
responder de forma segura y adecuada al estilo de vino que Legaris persigue.
La Fermentación
La fermentación es el proceso natural por el que el mosto se convierte en vino.
En la fermentación alcohólica (5 o 6 días), el azúcar se transforma en alcohol y
en gas carbónico, que empuja las pieles (hollejos) hacia arriba. Los remontados permiten que el mosto continúe extrayendo los sutiles valores de las pieles (antocianos y taninos) y el control de la temperatura de este proceso se realiza con camisas de refrigeración.
Tras el descube (el vino se separa de la pasta), procedemos a la fermentación
maloláctica (FML), en la que el ácido málico se degrada a ácido láctico. En
Legaris, la FML se realiza en barricas de roble francés ó en depósitos de acero inoxidable en función del tipo de vino.
El Cooperage
El carácter de Legaris se configura tanto desde el viñedo y la selección de sus
uvas como por la mezcla magistral de diferentes vinos envejecidos en distintos
tipos de barrica. Esta mezcla es lo que en Legaris se denomina el “Cooperage”.
Cada año se varía el programa de tonelería para adaptar la crianza a la uva de
cada vendimia y así respetar su expresión varietal y, al mismo tiempo, aportar
la máxima complejidad al vino y definir su estilo. Legaris llega a hacer pruebas
con hasta 21 tonelerías diferentes de barricas de roble francés y americano.
Estas barricas de roble se seleccionan en función de orígenes, tonelerías,
granos y grado de tostado. La oxigenación es más o menos intensa en función
del grano o porosidad de la madera, aspecto que influye en los aromas y
sensación en boca de los vinos. La combinación del origen y el tostado de
las barricas aportan al vino distintos aromas y sabores como vainilla, coco,
especias dulces, tonos balsámicos, café, cacao, cedro, aromas torrefactos,
entre otros, que se funde con los aromas varietales, básicamente frutas negras
maduras y ciruela.
La Crianza
El vino es un ser vivo que alcanza su madurez al abrigo de la madera, donde
gana atributos nuevos, serenidad y experiencia. Esa madre de madera, por ser
materia noble, siempre viva y diversa, ha de elegirse cuidadosamente porque
según sean sus propiedades transmite características específicas y distintas a
los vinos.
En Legaris, como establece la D.O., el tiempo mínimo de crianza en barrica
es de un año; el resto de tiempo de envejecimiento, hasta completar el necesario para
que un vino de Ribera del Duero se considere Crianza o Reserva, se realiza en
botella.
Ya con una personalidad muy marcada, los vinos de Legaris pasan la última
fase de envejecimiento en botella en la sala de jaulones o dormitorios donde el vino
reposa y se redondea. Gracias a una temperatura constante de 16-17 ºC, los
vinos finalizan su proceso de elaboración acunados por el cristal.